El municipio de Berisso, Capital Provincial del Inmigrante, fue declarado hoy "Ciudad receptora de ciudadanos refugiados ucranianos" que huyan del conflicto bélico con Rusia, a quienes se brindará asilo y ayuda humanitaria, informó la intendencia en un comunicado.
La medida fue dispuesta por decreto del intendente local, Fabián Cagliardi, quien declaró al distrito "Ciudad receptora de ciudadanos refugiados ucranianos" durante un acto que se llevó a cabo en el despacho municipal y contó con la presencia de la secretaria de Gobierno, Aldana Iovanovich; el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Juan Pablo Holubyez, y la presidenta de la colectividad Ucraniana Prosvita, Ulana Witoszynski, junto a integrantes de la comisión directiva.
Según se informó, el decreto tiene como objetivo dar respuesta a la crisis humanitaria que afecta a la población civil y que requiere del mayor compromiso por parte de todos los Estados.
El artículo segundo del decreto, al que accedió Télam, dispone que "autorícese a la Secretaría de Gobierno, Secretaría de Desarrollo de la Comunidad, Secretaría de Producción y Secretaría de Salud a dar asistencia humanitaria, asilo, tratamiento y seguimiento a los inmigrantes ucranianos".
Desde fines de los 70, la ciudad de Berisso ostenta la distinción de ser la "Capital provincial del Inmigrante", en reconocimiento a haber sido receptora desde fines del siglo XIX y principios del siglo XX de gran cantidad de extranjeros, atraídos por las posibilidades laborales que ofrecía el lugar por su cercanía con el puerto y la presencia del frigorífico Swift.
Fue así que en Berisso están presentes hoy descendientes de inmigrantes de Italia, Rusia, Albania, Grecia, Yugoslavia, Polonia, Siria, Arabia, Armenia, España, la exChecoslovaquia y también Ucrania, constituyendo una colectividad numerosa preocupada por el presente y futuro de familiares que quedaron implicados en el conflicto bélico.
Año tras año, en septiembre, se celebra en Berisso la Fiesta Provincial del Inmigrante, en el marco de la cual se realiza un simulacro de desembarco en sus costas, como homenaje a aquella llegada de sus ancestros y se desarrolla un desfile de trajes típicos y una exposición de la gastronomía representativa de cada colectividad.
