Manchester City consumó un papelón sin precedentes en la carrera de Pep Guardiola como entrenador: ganaba 3-0 frente a Feyenoord como local por la Champions League y en los últimos 15 minutos se lo empataron 3-3. Primera vez en 942 partido que el ex Barcelona vive algo así.
Notablemente golpeado anímicamente, el español enfrentó los micrófonos para hablar con la prensa, pero un detalle se llevó todo los flashes: tenía rasguños tanto en la nariz como en la cabeza.
Al ser consultado al respecto, Pep rápidamente echó por tierra la posibilidad de que se deba a una pelea motivada por el resultado y aseguró: "Sí, me corté usando mis dedos, mis uñas".
"¿Y por qué hizo eso?", repreguntó el periodista. "Quería hacerme daño", fue la extraña explicación de Guardiola.